La mañana estaba de lo más
soleada cuando llegamos a los pies de los 58 metros de altura que alcanza el
ala de este postulado de la arquitectura tardomoderna de finales del siglo XX.
Considerado uno de los emblemas de Santa Cruz de Tenerife, y el edificio más
moderno de Canarias, el Auditorio nos recibió con un día espléndido e
inusualmente caluroso para esta época del año, en el que se agradecía estar dentro de estas
paredes recubiertas de trencadís que tanto nos recuerdan a Gaudí.
Para la mayoría de los alumnos
del grupo del aula externa de Ataretaco, era la primera ocasión en la que entraban en
este recinto que ha albergado las manifestaciones artísticas más variadas:
música clásica, rock, jazz, flamenco, ópera, han tenido su momento en estos once años de historia, en el
que han pasado por el escenario artistas de la talla de Diana Krall, Van
Morrison, Ángel Corella, y los músicos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife,
que tienen aquí su sede.
Aunque en sus comienzos fui muy
crítico con el proyecto, ya que consideraba –y aún considero- que había otras
necesidades más imperiosas en la isla que la construcción de un edificio como
éste, he de admitir que la visita guiada que llevó a cabo Alba –la guía del
Auditorio- con todos nosotros me hizo
ver el edificio desde otra perspectiva más artística y creativa.
Después de recorrer el hall
principal de 1200 m₂, con sus maravillosas puertas laterales de
madera abatibles, la Sala de Cámara -tan intimista y próxima-, las galerías y
terrazas que dan al mar y a la ciudad, Alba nos llevó a la impresionante Sala
Sinfónica, donde pudimos comprobar la maravillosa acústica que posee y los
excepcionales elementos técnicos que la componen. Descubrimos, además, que en
su interior se encuentra uno de los órganos más excepcionales del mundo, con la
posibilidad de utilizar ocho teclados suplementarios que producen unos efectos
sonoros maravillosos. Nos sorprendió
también la manera en la que los tubos se convierten en parte de la decoración
de los laterales, recordándonos –como fuera la voluntad el arquitecto- al acantilado
singular de los órganos de La Gomera.
Ahora, sólo esperamos tener la
ocasión de asistir como público a alguno de los espectáculos que están en la programación
de este espacio pluricultural para el curso 2014-2015 que hemos comenzado recientemente.